Embarrado
de sol
el
desierto no piensa
sólo
espera la lluvia,
un
milagro bemol.
El
río haría palpitar al desierto
el
mar lo haría volar
hasta
el enfaldo del azul.
Viento
de abedul
sólo sopla en su calvicie;
el
desierto inmóvil
sólo arde la superficie.
©
LevAlbertoVidal/Curitiba,nov1995Publicada en mi poemario "Cuarto sin llave", noviembre 2024.